“Conozco el dolor, en los otros, y en mi propia carne. Pero creo que a pesar de todas las angustias y de todas las oscuridades, más allá de todos los dolores y contradicciones, hay en la vida tales torrentes de gozo para saborear que me siento constantemente obsequiado y mimado.”
José Luis Martín Descalzo,
Razones para vivir
“Nada aumenta tanto la angustia, y, por consecuencia la violencia, como la desolación: vivir en el temor del aislamiento, del vacío de la soledad, compitiendo contra todo el mundo que nos rodea.”
Mariano Diez Benavides,
Análisis conciliatorio transaccional
«No cabe duda de que el problema de la angustia es un punto nodal en el que confluyen las cuestiones más diversas y decisivas, un enigma cuya solución abría de arrojar una intensa luz sobre toda nuestra vida mental».
Sigmund Freud,
Conferencias de introducción al psicoanálisis
«El estrés es un conjunto de síntomas fisiológicos y psicológicos que afectan a quienes lo padecen, provocándoles una suerte de vorágine de sensaciones desagradables, angustiosas e irritantes, que perjudican la calidad de vida y el bienestar personal».
Javiera de la Plaza,
La inteligencia asertiva
«Comer, comprar o acumular, son actos simbólicos para llenar un vacío interior, se busca sobreponerse momentáneamente a un estado depresivo generado por una carencia afectiva, una manifestación de ansiedades o angustias no resueltas».
Adriana Páramo Moguel,
Un abrazo al corazón
«La ansiedad es considerada la antesala de la depresión. Tierra fértil para las enfermedades. La vedette de las enfermedades mentales, la más famosa, la más sufrida, la más ignorada por considerársela inofensiva. Es la que prepara el terreno al terror; es una puerta que si no se cierra a tiempo, pasarán por ella temores y angustias que convertirán la vida de las personas en verdaderos infiernos sin sentido».
Vivir sin ansiedad,
Sebastián Palermo
“Marcamos un número telefónico con un nudo en el estómago. Nos sentamos ante nuestra mesa de trabajo con los hombros encorvados, como predispuestos a no respirar. Conducimos aferrándonos al volante. Leemos un libro con la mandíbula apretada y el ceño fruncido. Todos estos son ejemplos de tensión excesiva y es más de lo que necesitamos para la tarea que estamos haciendo. Se trata de un esfuerzo inútil y en realidad, hacemos la tarea con menor eficacia. Aun así, podemos librarnos de esta tensión en cuanto nos demos cuenta de ella”.
Eric Harrison,
Aprenda a meditar
«Los medios actuales permiten que nos comuniquemos y que compartamos conocimientos y afectos. Sin embargo, a veces también nos impiden tomar contacto directo con la angustia, con el temblor, con la alegría del otro y con la complejidad de su experiencia personal.»
Francisco,
Laudato Si
«Las personas provocan el miedo cuando entretienen pensamientos de preocupación, ansiedad y angustia, debido a que éstos afectan sus emociones y debilitan su voluntad. Todo esto les produce una parálisis que evita que puedan actuar libremente en la vida».
Guillermo Maldonado,
Venciendo el miedo
«Alguna vez leí una afirmación de Mark Twain que me marcó para siempre. Decía así: «A lo largo de mi existencia he vivido momentos terribles y dolorosos; algunos de ellos incluso llegaron a suceder». Ojalá tengan tiempo de analizarla, porque me parece la fotografía más exacta de la preocupación».
Griselda de Valle,
Voy bien, ¿o me regreso?
«Actualmente sólo en el perímetro de Francia el consumo cotidiano de ansiolíticos es de 10.000,000 (diez millones) de unidades. Si bien es verdad que el Atarax, así como otros tranquilizantes, está justamente indicado en el tratamiento de ciertas patologías, es sin embargo difícil de admitir que se haya convertido en un objeto de consumo habitual».
Jacques Castermane,
La alegría de ser
«Todo el mundo sabe lo que está sucediendo en esta era que camina a velocidades vertiginosas. La gente ya no puede desprenderse de sus angustias y tensiones. Se preocupa tanto durante el día que no puede descansar y dormir durante la noche. No puede enfrentarse con la almohada sin píldoras».
Florence Wedge,
Dios y tus preocupaciones
«Si Dios tiene un plan maravilloso para tu vida y un futuro feliz, ¿para qué vives en el pasado?»
Mauricio Cuesta,
Reflexiones para tiempos difíciles
«¿Por qué finge todo el mundo que todo lo que no es importante lo es y mucho, y al mismo tiempo todos se afanan terriblemente en fingir que lo realmente importante no lo es en absoluto?»
Janne Teller,
Nada
«La dispersión es la enfermedad típica de la sociedad moderna, la sociedad tecnológica. No está tipificada en ningún cuadro clínico; pero, de hecho, viene a ser el subsuelo ideal en el que normalmente germinan y se alimentan la depresión y la obsesión y, sobre todo, la angustia».
Ignacio Larrañaga,
Del sufrimiento a la paz
«Quien se apresura a pasar de una satisfacción a otra se vuelve incapaz para la alegría».
Anselm Grün,
El pequeño libro de la alegría
«Dios nos dio la vida para disfrutarla debiendo equilibrarla con los diversos elementos que la forman, como son el trabajo, nuestra familia, las diversiones, etc., estando conscientes que cuando Él lo disponga, no antes, llegará nuestro final. No hay porque alarmarse anticipadamente a pesar de que existan fuerzas interesadas en angustiarnos».
Alfonso Villarreal Martínez,
Huellas del camino
«Mientras vivas tu vida como una carrera irrefrenable dedicada a acumular, serás un ser insatisfecho y frustrado, comparándote en función de los bienes y logros de los demás, y olvidándote de ti mismo y de tu riqueza interior».
Mariano Osorio,
Mariano en tu vida
«Estamos llamados a construir un mundo libre. Pero esta realidad no se realizará por medio del dominio, las ambiciones o las luchas fratricidas. Ni tampoco será fruto del mercado libre ni de las urnas. «La libertad se fundamenta en la verdad del hombre y tiende a la comunión» (VS).»
Juan Esquerda Bifet,
El Camino del Corazón
«Un corazón dividido no sirve más que para utilizar y despreciar al prójimo. Las prisas, el malhumor, las quejas, el desánimo, la angustia, la duda… todo eso se expresa en el rostro y en el modo de hablar y de comportarse. Y entonces no aparecen las bienaventuranzas ni el mandato del amor, ni por tanto, el Evangelio».
Juan Esquerda Bifet,
El Camino del Corazón
«La culpabilidad y la preocupación son quizá las dos formas más comunes de angustia en nuestra cultura. Con la culpa te fijas en los sucesos pasados, te sientes abatido o molesto por algo que dijiste o hiciste y gastas tus momentos presentes afligido por comportamientos pasados. Con la preocupación gastas el valioso presente obsesionándote por algún suceso futuro. Ya mires atrás o adelante, el resultado es el mismo. Estás malgastando el momento presente».
Wayne W. Dyer,
Tus zonas erroneas
UNA DOSIS DIARIA 