“Qué grandiosa y conmovedora es la presencia de la bondad en medio de la ferocidad y la violencia”.
Ernesto Sabato,
La Resistencia
“Qué grandiosa y conmovedora es la presencia de la bondad en medio de la ferocidad y la violencia”.
Ernesto Sabato,
La Resistencia
“Me resulta impresionante como la asociación de tan sólo 27 letras que componen el alfabeto, pueden llegar a formar una cantidad infinita de palabras, frases, textos…, y si se obtiene una adecuada combinación, es posible incluso hacer vibrar los corazones mas duros”.
Francisco González,
Tus zapatos junto a los míos.
“En nuestro competitivo y a menudo violento mundo, la amabilidad no suele ser la respuesta más frecuente. Pero cuando la encontramos, sabemos que recibimos una bendición”.
Henri Nouwen,
Pan para el viaje
“La bondad no es una cosa sentimental que calienta mi propio corazoncito, sino el calor que yo irradio hacia los que me rodean. Y si la gente no se siente bien a mi lado es que mi corazón está seco o muerto. Y de poco sirve que dentro yo alimente sueños fervorosísimos.”
José Luis Martín Descalzo,
Razones para vivir
“Qué grandiosa y conmovedora es la presencia de la bondad en medio de la ferocidad y la violencia”.
Ernesto Sabato,
La Resistencia
“La Providencia siempre te sorprende para bien, nunca para mal”.
Jesús García,
El Proyecto Magdala
«La persona que tiene buenas relaciones es bien vista por las que la tratan. Se identifican con ella, la aceptan y buscan su compañía».
Antonio Zavala Domínguez,
Atrévete a ser grande
“Hay mucha gente buena, pero es discreta. Los malos, en cambio, hacen mucho ruido, por eso se notan más.”
Isabel Allende,
El amante japonés.
“Lo bueno si breve, dos veces bueno”.
Baltasar Gracián,
Oráculo manual y arte de prudencia
«Ser humano significa, y debe serlo, llegar a ser colaborador de lo bueno y de lo bello que en este mundo es posible, además de la responsabilidad por lo que será de este mundo».
Jürgen Werbick,
La debilidad de Dios por el hombre
«La infelicidad y las emociones negativas nos predisponen, en general, a la animadversión hacia los demás. Por eso factores como el dolor, el malestar, la frustración, el hacinamiento o el calor excesivo tienden a volvernos hostiles y poco inclinados a la benevolencia».
Samer Soufi,
Lo que Freud le diría a Spielberg
“La mansedumbre es el triunfo del bien. Por eso se la relaciona con el mundo y la tierra. Es la heredad y el lote de los que aman sinceramente a Dios. De los que desean ver a Dios en todas las cosas”.
Carlos Amigo Vallejo,
Retorno al amor perdido
“Cuándo todos los días parecen iguales es porque las personas dejaron de percibir las cosas buenas que aparecen en sus vidas siempre que el sol cruza el cielo”.
PaoloCoelho,
El Alquimista
“La misericordia debe ser entendida como la justicia propia de Dios, como su santidad. Solo de este modo podremos hacer que resplandezca de nuevo la imagen del Padre bondadoso y compasivo que Jesús nos anunció”:
Walter Kasper,
La Misericordia
«Solemos concebir la historia como una sucesión de catástrofes, guerra tras guerra, atrocidad tras atrocidad, como si la historia no fuera más que la suma de todos los relatos del dolor humano compilados en orden cronológico. Y en efecto, con mucha frecuencia, esta descripción se ajusta a la verdad; pero resulta que la historia también está constituida por relatos de gallardía y delicadeza, registros de dichosas e inexplicables instancias en que alguien hizo algo por el bien del otro, salvó una vida, otorgó un don, entregó más de lo que le pedían las circunstancias».
Thomas Cahill,
El Deseo de las Colinas Eternas
“¿Crees en las diosidencias? Sí, así como lo lees: diosidencias. Alguna vez alguien me enseñó este término que se refiere a las coincidencias increíbles, que parecieran de fábula por la cascada de beneficios que traen consigo y por lo que resulta imposible no creer que la mano de Dios está detrás de ellas. Éstas son las diosidencias.”
Adriana Macías,
Abrazar el éxito
“El amor auténtico no razona, no pone límites, no calcula, no recuerda el bien que ha hecho ni las ofensas que ha recibido, nunca pone condiciones. Si hay condiciones, ya no hay amor».
François-Xavier Nguyen van Thuan,
El gozo de la esperanza
“El hombre inocente es el hombre verdadero, sincero, abierto, justo, bueno y digno de confianza”.
Anselm Grün,
Incertidumbre
“No se necesita ser perfecto físicamente para tener amigos de verdad, para contar con ellos no sólo en las buenas, sino también en las malas. Lo que se necesita es tener un corazón perfecto, dispuesto a dar amor en todo momento, en todas las circunstancias para corresponder así al compromiso nacido de uno de los vínculos más hermosos y mágicos: la amistad”.
Adriana Macías,
Abrazar el éxito
«La verdad es que no nos conocemos a nosotros mismos. Creemos ser santos o pecadores, héroes o villanos, etcétera, etcétera. ¡Qué absurdo!»
Ettore Masina,
El vuelo del pájaro
“Hay que hacer el bien, de prisa; porque el mal no pierde momento. Sin pensarlo, para no dar tiempo a que nuestra vanidad eche a perder nuestras buenas obras”.
Nini Trevit de Alvarez,
Hay que dar sabor al caldo
“Tenemos que aprender a ser observadores, a no dejarnos guiar por las apariencias, por la primera impresión, que no siempre es la correcta. Hay que penetrar hasta el corazón, y allí, en el fondo, encontraremos la bondad que existe en todo ser humano”.
Nini Trevit de Alvarez,
Hay que dar sabor al caldo
«Es la falta de humanidad que demuestran algunos hombres hacia otros la causa del mal: las tendencias destructivas, el odio, el placer de causar sufrimientos… Pues es cierto que todo eso existe, al lado de la generosidad y del desinterés, de la solidaridad y de la ayuda mutua».
Roger-Pol Droit,
La ética explicada a todo el mundo
“El beber en exceso no se cura tomando menos tragos, así como un golpeador de mujeres no se cura limitando los golpes a los miércoles y viernes. Todas las redes externas deben ser abandonadas para resguardar la ciudadela. ¡Cómo sería el mundo si nos esforzáramos tanto en ser buenos como nos esforzamos en sentirnos cómodos y hermosos!»
Fulton J. Sheen,
Del Pizarrón del Ángel
“Tenemos que aprender a ser observadores, a no dejarnos guiar por las apariencias, por la primera impresión, que no siempre es la correcta. Hay que penetrar hasta el corazón, y allí, en el fondo, encontraremos la bondad que existe en todo ser humano”.
Nini Trevit de Alvarez,
Hay que dar sabor al caldo
«Si yo fuera a leer, incluso a contestar, todos los ataques que me dirigen, habría de cerrar esta tienda para ocuparnos únicamente de ese negocio. Yo actúo lo mejor que puedo y mejor me parece; y pienso seguir haciéndolo hasta el final. Si al final el resultado es bueno, lo que se diga en contra de mí, no tendrá ninguna importancia».
Francis B. Carpenter,
Seis meses con Lincoln en la Casa Blanca
«Resulta profundamente sanador confiar en el amor incondicional de Dios. Él me ama porque soy, no porque soy especialmente bueno, obediente, devoto o adecuado. Y en la experiencia de la falta de amor humano incondicional puede abrirse para mí, de otro modo, la esencia del amor divino: el que confía en ese amor gratuito de Dios y lo percibe dentro de sí, verdaderamente puede vivir».
Anselm Grün,
La verdadera felicidad
«Acepta con serenidad el cortejo de los años y renuncia sin reservas a los dones de la juventud. Fortalece tu espíritu, para que no te destruyan inesperadas desgracias. Pero no te crees falsos infortunios. Muchas veces, el miedo es producto de la fatiga y la soledad. Sin olvidar una justa disciplina, sé benigno contigo mismo».
Jesús Ortiz López,
Vivir en la verdad
«En el servicio dela caridad, hay una actitud que debe animarnos y distinguirnos: hemos de hacernos cargo del otro como persona confiada por Dios a nuestra responsabilidad. Como discípulos de Jesús, estamos llamados a hacernos prójimos de cada hombre (cf. Lc 10,29-37), teniendo una preferencia especial por quien es más pobre, está solo y necesitado».
Juan Pablo II,
Evangelium Vitae
«La educación de una persona no solo debe tener por fin señalarle qué es lo que está bien y le conviene conseguir, y qué es lo que es malo y debe evitar. La educación debe enseñar a amar el bien y a odiar el mal. A amar el bien como se ama la felicidad y el éxito, y a tenerle antipatía al mal como se detesta y aborrece la enfermedad, y lo que lleva al fracaso y a la muerte.»
Eliécer Sálesman,
Pureza o castidad
«Según habla la gente en la calle, en el bar o en la oficina, sacas en conclusión que la mayoría de nosotros somos mala gente. Pero sin te dedicas a ver lápidas y lees una semana entera todas las esquelas del periódico, dirás tal vez que no hay gente mala, que todos los padres y madres fueron padres y madres ideales. Y que los maridos y mujeres fueron un dechado de amor y fidelidad. Nunca verás escrito en una esquela: «Fue un perfecto patán», ni tampoco leerás «Eres una burra». Mucho se puede aprender de una esquela mortuoria, por ejemplo: no esperar al entierro para pronunciar unas palabras de elogio».
Phil Bosmans,
Las flores del bien
«La muerte es el principio del vivir, el premio que la bondad de Dios nos tiene a cada uno. En el cielo será tanta la dicha de que gozaremos, que nos olvidaremos de lo que aquí hemos sufrido, porque la visión del Rostro del Señor lo llenará todo».
Oscar Otilio Berlanga Casas,
Como vivir digna y alegremente la etapa de la vejez
«En el pensamiento no existen nada más los extremos, hay muchos caminos intermedios. Entre el pensamiento bueno y el malo, están los menos buenos y los menos malos… El pensamiento trabaja siempre, jamás está inactivo, por eso no debemos permitir que tome senderos equivocados y tenemos que llevarlo como a un brioso caballo al que hay que refrenar a menudo».
Fulton J. Sheen,
Vale la pena vivir